¿Qué es ser lo que eres?
Hace escasos días escuchaba en una tertulia de un programa de televisión varias personas que decían y coincidían en dejar ser a cada cual lo que es, sin meterse, sin interferir, sin querer cambiarlo…
A voz de pronto y de no tan pronto porque es algo ya viejo eso de ser «una misma/uno mismo», suena como bien, como liberador, como si por dentro algo dijera «¡Pues claro!», como si así tuviera que ser y la educación, cultura, experiencias, etc., hubieran desviado a la persona a ser otra cosa.
Cosa que me hace pensar que si en caso de no interferir y no «desviar» a la persona de ser lo que es, eso garantiza que vaya a ser genuina y no vaya a estar condicionada por un montón de cosas que aparentemente dan el aire de ser naturales, espontáneas, auténticas.
Sí o sí somos seres condicionados
O lo que es lo mismo que preguntarse: ¿Escogí yo en algún momento ser como soy? Para mí está bastante claro que no, que de bebés no escogimos ser más inquietos, tranquilos o super activos, tal vez para alguien exista la opción (o creencia) de que antes de tomar vida en un cuerpo seleccionamos la personalidad, el temperamento, las actitudes, tendencias, limitaciones, predisposiciones, etc. Más bien pareciera que todo esto viene dado por la vida, las circunstancias, el contexto, el karma o vivencias acumuladas, lo sistémico, etc.
Personalmente no me parece que alguien, sea como sea, haya elegido ser lo que es. Otra cosa es que con el paso de los años haya quien decida poner manos a la obra y lleve a cabo acciones para cambiar en el sentido que sea. Pero de entrada, somos el resultado de un montón de condicionantes.
Para quienes creen en la Astrología, influye la posición de los astros en el momento del nacimiento y a lo largo de la vida.
Desde la sistémica, todo el bagaje de los antepasados (hasta cuatro generaciones).
Según la teoría del vínculo, cómo fue dicho vínculo con la figura materna (no recuerdo si también hace referencia a la paterna) en la infancia.
Desde la Epigenética, cuenta hasta lo que comió o no comió nuestra madre.
Desde la genética, ahí va también ese paquete!
Desde el entorno de crianza, la situación de bonanza o precariedad de la infancia, la educación recibida o no recibida, la cultura del lugar, y a saber cuántos factores más, todo han sido inputs que nos han condicionado!
Y ahora vayamos a decirle a alguien que sea lo que es!!
Mejor ser consciente de los condicionamientos que intentar ser genuino
Contemplado este panorama de condicionamientos, mi conclusión es: «Mejor me rindo, tomo consciencia de esos aspectos que sí o sí me constituyen y pruebo a llevarlos en la versión más ligera, madura, provechosa, que pueda». Está claro que esta es mi conclusión.
Querer creer que hay algo de genuino en un cúmulo enorme de elementos, me parece un poco ingenuo.
Pelearme porque soy así o asá, está claro que es batalla perdida.
Rendirme y tomar de la forma más sabia lo que el camino me ha ido poniendo, con lo cual me he ido construyendo, me parece la mejor opción. La que pide humildad, renuncia (al ego), dejar la pelea, tomar, agradecer y tirar pa’lante.
Esto no es pensamiento hinduista
No pretendo caer en la descripción de la filosofía hinduista -o una parte de ella- que afirma que todo está predestinado.
Prefiero verlo como una interrelación entre todas las partes condicionando unas a otras, a la vez que con ese margen de libertad -o consciencia- para actuar o no actuar aquello que convenga, en cuyo margen cabe el desarrollo personal, la excelencia, la terapia, la meditación, etc., para lograr esa perspectiva, ese discernimiento.
Si a esto último lo llamamos dejarse ser lo que una/uno es, como rendición al bagaje que traemos puesto y al que vamos adquiriendo con el paso del tiempo, entonces nada más que decir.
Si dejarse ser una misma/uno mismo es remitirse a la neurosis tan grande que podemos llevar en nuestra psique, a impulsos que responden más a cargas pasadas poco o nada edificantes, incluso traumáticas, a la moda de la época o del lugar en el que estemos, o a cualquier otro evento circunstancial, mejor dejarse de frases reveladoras, mirar con un poco más de panorámica y entonces, solo entonces, identificar cuan genuina es nuestra conducta y darle rienda suelta o no.
Mª Rosa Parés Giralt