No necesitas tener atributos especiales para facilitar sesiones de Risoterapia
A raíz de una publicación en un grupo de una red social para promocionar nuestra formación en Risoterapia Integrativa, alguien comentó “Para ser Risoterapeuta tienes que ser una persona creativa, alegre, divertida, sino, no puedes serlo”. Yo creo con plena convicción que eso es falso!!
Primero de todo, lo que hay que tener muy claro qué es lo que se va a hacer, a impartir, a facilitar a las personas participantes para preparar con concreción, orden y sentido común, las propuestas de la sesión.
Luego hay que revisar el “guión” que se ha preparado y sumarle el perfil del público asistente, el lugar donde se va a realizar, la duración de la actividad, el material necesario, entre otros aspectos, junto con las propias habilidades y capacidades como persona dinamizadora.
Esto no quiere decir que quien dinamiza tiene que estar en un estado anímico situado en la cresta de la ola de la animación, expansión, diversión. Esto quiere decir que quien dinamiza tiene que ser consciente de cómo está psico-emocionalmente para gestionarse y para gestionar la actividad y el grupo. Eso sí es indispensable, que la persona dinamizadora sepa cómo está internamente para no liarse ni perderse.
Auto-conocimiento para auto-gestionarse
Este es uno de los pilares fundamentales de nuestra escuela, SALUD CREATIVA, y de la formación que ofrecemos. Es necesario saber cómo estoy por dentro, cómo me muevo, cuáles son mis puntos flacos y mis puntos fuertes, y a partir de ahí interactuar con los demás.
Personalmente, he dado taller de Risoterapia con un estado anímico bajo, en crisis personal, y he podido hacerlo adecuadamente porque había consciencia de mis asuntos. Pude “aparcarlos” para conectar con el grupo, su necesidad, la actividad y la energía requerida, y llevarla a cabo. No es un sobreesfuerzo, no es fingir, no es negar lo que hay, es gestionarlo para acotarlo, para ocuparse posteriormente y poder disponer en el momento de un espacio para otra cosa y otra energía. Esto es totalmente viable.
Ni hace falta tener todo resuelto ni tampoco se puede ir de cualquier manera a conducir un grupo. Si alguien realmente en algún momento no puede hacer frente a una tarea encomendada porque se siente desbordada, es algo natural que puede pasar y pasa.
Otra cosa diferente es que hayan cosas irresueltas de fondo, emociones efervescentes, ruido mental, etc. La persona que facilita una sesión de Risoterapia y de cualquier otra práctica puede (debe) tener la capacidad de abrirse camino entre ello para llevar adelante su tarea.
Muchos cómicos no son nada cómicos, cada cual tiene que encontrar su estilo
Tras las casi treinta ediciones de formación en Risoterapia Integrativa y tras otras formaciones en dinamización de grupos hemos constatado que cada cual tiene una manera de ponerse al frente del grupo y desarrollar las propuestas.
En los talleres de prácticas, hay quien tiene un tremendo (excesivo) dinamismo, hay quien propone con mayor tranquilidad, hay quien tira por lo corporal, hay quien tiende a lo emocional, hay quien emplea propuestas más convencionales, hay que opta por propuestas más arriesgadas, hay quien utiliza el humor, hay quien ríe mucho, hay quien no ríe (pero provoca risa!)…
No todos los cómicos son cómicos ni se ríen cuando explican chistes que, sin embargo, provocan grandes carcajadas en la gente.
Charlot no aparece riendo en sus películas ni muestra un aire particularmente divertido sino que lo que hace genera diversión en las personas.
En mi propio camino formativo he tenido bastantes compañeras y compañeros que provocaban risa sin ningún esfuerzo y en cambio algunas y algunos decían estar en situaciones personales particulares.
Así que desde la honestidad y desde la consciencia y auto-gestión, cada persona dinamizadora necesita encontrar su estilo, su campo de acción, sus márgenes, para poder jugar el juego en esa área. Y eso es factible con la forma de ser que tiene cada cual.
Mª Rosa Parés Giralt