Realmente ¿sabemos disfrutar?

La capacidad de disfrute es orgánica y directamente relacionada con la biología de nuestro cuerpo, no es un producto exclusivo de la adquisición de un producto (caro) o de un viaje a algún lugar exótico. Esto último puede aportar placer también pero no debería convertirse en un condicionamiento de nuestra experiencia de placer disponible casi de forma inmediata.