La apreciación subjetiva de los hechos
Hoy domingo, día de mercado en el pueblo donde vivo, he ido a comprar el pan a la panadería habitual y me he sorprendido al escuchar decir a la dependienta que durante la próxima semana -con dos días festivos nacionales por medio en martes y jueves- abrirán en su horario normal. He pensado: “La gracia que les hará a las chicas estar allí los días de fiesta”.
Por otro lado he pensado: “Claro que visto de otro modo, pues tienen un trabajo con el que se ganan un salario!” y me he acordado de esa frase hecha “Es lo que hay y da gracias…”
En ese momento he comprendido que hay dos posiciones desde las que podemos valorar las cosas, los hechos, las personas.
La mirada hacia los eventos depende de la actitud
Una posición es la mirada desde la ESCASEZ, desde donde cualquier cosa que podamos obtener o ganar se convierte en grandes cosas, en grandes logros, como por ejemplo estar en la calle sin casa ni trabajo y conseguir un empleo que por precarias que sean las condiciones, permite conseguir un dinero.
Otra posición es la mirada desde la ABUNDANCIA, punto desde el cual aspiramos a lo máximo de lo máximo y todo aquello que no se aproxima a ese objetivo, supone una nimiedad, algo irrelevante, insignificante.
Constatando estas dos posiciones como una polaridad, ESCASEZ-ABUNDANCIA, he concluido para mis adentros que quizá resulte interesante contemplar las cosas, los hechos, las personas desde ambas posiciones porque observar desde la escasez hace que cualquier pequeño logro sea un regalo y porque observar desde la abundancia da dirección para tomar los pasos hacia la plenitud.
Ambas miradas juntas se convierten en un andar con agradecimiento por cada pequeña cosa, apuntando hacia lo grande.
Mª Rosa Parés Giralt