La tendencia del ser humano a agarrarse a un modelo de ver el mundo
Veo que a veces, en el mundo de las terapias, hay quien se las toma o toma una determinada como si se tratara de una religión. Lo ve todo a través de esa terapia, la aplica sí o sí en la circunstancia que sea, a cualquiera, porque se convierte en un filtro que utiliza constantemente.
Parece que cualquier tipo de terapia puede acabar siendo un modo para percibir el mundo: gestalt, eneagrama, constelaciones, biodescodificación, reiki, ho’oponono, reconexión, amor universal, cualquiera de ellas que si en un principio pueden ser poderosas herramientas para abordar el mundo interno de las personas y las relaciones, con la obsesión de ver todo a través de ellas se convierten en corsés rígidos con los se pretende que encaje todo alrededor.
Sospecho que es una manera más de agarrarse a algo por el miedo que da lo desconocido, el no saber, el vacío, el estar sin prever ni calcular, ni controlar por supuesto, el verse a uno mismo, al mundo y a los demás sin más, con ojos desnudos.
Soltar lo que sabemos para estar
Creo, desde mi propia percepción, que hay momentos para aplicar técnicas, terapias y recursos que dominemos, y hay momentos en que lo que toca es SOLTAR LA TÉCNICA, SOLTAR LO QUE SABEMOS, quedarnos quietos sin poner ni decir nada, SOLO ESTANDO con uno mismo, con el mundo, con los demás, VIENDO sin filtro o con el menor filtro posible.
A eso se le llamo yo ENCUENTRO, ENCUENTRO GENUINO, ENCUENTRO DE ALMAS tal vez… sólo eso, encontrarse con uno mismo, con el mundo, con los demás, con visión desprovista de mapas, referencias, ideas preconcebidas (aunque su origen sea milenario) y dejarse estar ahí, y dejar que ocurra lo que tenga que ocurrir, sin más.
Esa es mi pretensión: aplicar la técnica para soltarla y dejarme estar.
Lo dice C. Jung en una cita que se le adjudica: “Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”.
Mª Rosa Parés Giralt