Cómo encarar el cambio
Vivimos en tiempos de cambios, de inestabilidad y de crisis, algunos dicen que estamos llegando al fin del mundo, otros que estamos al final de una era y entrando en otra nueva. Lo que no podemos negar ni hay ninguna duda al respecto es que desde que el mundo existe, siempre ha habido cambios, “algunos finales del mundo” y muchas crisis, por lo tanto los cambios y las crisis forman parte de nuestra propia vida y de las distintas sociedades que han poblado este planeta.
La evolución que sufrimos a lo largo de nuestras vidas esta sustentada en continuos cambios y algunas crisis importantes pero cuando superamos las dificultades y los retos, también nos superamos a nosotros mismos y desarrollamos nuestras capacidades. ¿Sabías que la palabra crisis tiene dos significados en la lengua Japonesa? KI-ki: el primer vocablo “KI” significa crisis o conflicto y el segundo “ki” significa oportunidad.
Los cambios, los problemas, los conflictos y las crisis son parte intrínseca de la vida misma, es decir, no hay vida sin cambios, sin dificultades y sin dichas crisis. Esto no es malo, esto simplemente “es” y somos nosotros quienes lo catalogamos de bueno o malo según nuestras expectativas, deseos y/o resistencias al cambio.
La cualidad cambiante e intrínseca de la vida
El sabio Griego Heráclito acuñó la frase:
“Nadie se baña en el mismo río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña.”
Desde mi entender esto quiere decir que la vida es cambiante, que todo cambia, que la vida es un continuo movimiento. Si observamos la naturaleza y a nosotros mismos podemos constatar que esto es así, por lo tanto si la naturaleza cambia, si nosotros cambiamos y las personas cambian, ¿por qué no va a cambiar la sociedad? Muchas veces lo que precede a un cambio importante suele ser una crisis, de hecho cada vez que un ser humano viene a este mundo, lo hace mediante una crisis, un conflicto, incluso yo diría que hasta un trauma; el bebé está tranquilamente, sin ningún problema, flotando en el útero de su madre, no necesita hacer nada para vivir, todo lo que necesita le viene dado, y de pronto el conflicto, hay que salir de ahí y no es fácil, a veces es bastante arduo y complicado. Esto es una crisis, es una situación inesperada y dolorosa que en la mayoría de los casos nos conduce a una nueva situación, al encuentro con la vida, que por cierto está programada y no depende de nosotros ni de nuestra voluntad.
José Manuel Torrres