El arte de combinar las capacidades de compromiso y disfrute
Desde hace años, mi proceso y los grupos de crecimiento personal que lidero se sustentan en dos aspectos muy diferentes y que complementados se convierten en algo enriquecedor y poderoso. La mayoría de las personas podemos sentir inclinación hacia uno de los lados y yo también, pero creo que el reto es fusionar ambos y desarrollar una tercera vía fruto de la confluencia de estos dos aspectos yin y yang.
Estas dos polaridades las entiendo como el compromiso y el disfrute, o entre la disciplina y el placer.
El compromiso es mantenerse fiel a la propuesta adquirida con uno mismo, tener una estructura fuerte, seguir la sadhana, tomarse en serio el trabajo personal, tener una meta, ser pro-activo y estar enfocado hacia un cambio personal y que éste se traduzca en acciones concretas y en estados de ánimo positivos y saludables. Podríamos llamarlo también el camino del guerrero interior ya que se necesita enfoque, determinación, constancia, tenacidad, disciplina, congruencia, valentía y coraje.
Sé por experiencia que sin estas cualidades es muy difícil provocar un cambio personal y definitivo en uno mismo.
El placer significa centrarse en la calidad del viaje y no sólo en la meta, es más, la meta llega casi a desaparecer quedando sólo el viaje y la atención en el presente y el ahora.
Disfrutar del camino diario desde la alegría y el placer y todo lo que conlleva esto como es el juego, la risa, la diversión, la curiosidad, la sensualidad, el tacto y el contacto, etc.
En esta parte también incluimos actitudes sostenedoras como el cuidado, el apoyo, la empatía, la paciencia, la no acción, la escucha, la aceptación, la cohesión, la fraternidad, la entrega, el fluir, la compasión y el amor. Evidentemente primero hacia una misma/uno mismo para luego proyectarlos a los demás.
Las herramientas y recursos que utilizo para desarrollar el disfrute son: Risoterapia, juegos, dinámicas de grupo, danzas, masajes, expresión corporal, teatro, arteterapia y terapia gestalt para grupos.
La fusión de todo esto se traduce en salud mental y emocional, sensación de bienestar general, confianza en uno mismo, en los demás y en la vida.
“El compromiso significa arar la tierra, plantar la semilla y regarla. Más no podemos hacer.
El disfrute significa celebrar y esperar mientras crece la semilla. Más no podemos hacer.
Ahora está en manos de ¿Dios, la vida, la energía Universal?”
José Manuel Torrres