Una palabra poco familiar para algo muy importante
La palabra en inglés mindfulness la podemos traducir como atención o conciencia plena.
Desde esta perspectiva no sólo es buena la práctica de este recurso en nuestra vida cotidiana sino que a veces es necesario y de vital importancia. Ejemplo de ello es cuando conducimos en carretera o en ciudad, el estado de atención plena puede ser determinante a la hora de prevenir o evitar un accidente mientras que la falta de esta habilidad puede ser la generadora de experiencias dramáticas como es el caso de muchos de los accidentes de circulación que son debidos a la falta de atención en el momento presente al conducir.
Con este ejemplo quiero remarcar la importancia y la necesidad del mindfulness en determinados momentos de nuestra vida cotidiana.
Todos sabemos por experiencia propia la importancia que tienen las relaciones personales en nuestra vida ya sea a través de relaciones laborales, familiares o entre amigos. Los amigos, conocidos, clientes o familiares pueden ser fuente de bienestar, alegría y placer o por el contrario pueden generar mucho malestar y sufrimiento en nosotros.
Sin duda el mindfulness es una de las herramientas más poderosas que existe para poder ser conscientes de nosotros mismos mientras nos relacionamos con los demás. En la medida que vamos desarrollando este estado de auto-consciencia, vamos descubriendo y entendiendo cómo pensamos e interpretamos (mientras nos relacionamos) acerca de nosotros mismos, de los demás y de los acontecimientos. Mediante el desarrollo de la atención plena podemos descubrir en nosotros patrones de pensamientos positivos o constructivos y patrones de pensamientos negativos o destructivos.
Mindfulness, una vía directa al auto-conocimiento
Ni qué decir tiene que cuando pensamos negativamente sobre la persona que tenemos delante automáticamente la relación se deteriora o se rompe, dicho de otro modo surge el conflicto ya que posiblemente y debido a las neuronas espejo esa persona siente el rechazo independientemente de la cara agradadora que pongamos. Por el contrario, cuando nos relacionamos con el otro e internamente este trato va acompañado de una actitud interna positiva de aceptación y no juicio, la persona también lo capta (aunque sea a nivel inconsciente) y por lo tanto la respuesta por lo general es positiva y de apertura.
Partiendo de esta idea o más bien desde esta realidad, el mindfulness es la piedra angular del autoconocimiento y por lo tanto de la autogestión mental y emocional ya que sólo puedo gestionar en mi lo que conozco, lo que veo y lo que acepto, sin juicio ni rechazo. Es decir que puedo ver, mientras me relaciono en mi vida cotidiana, que quizás estoy enfadado pero al ser consciente de ello lo gestiono y no lo proyecto al cliente, familiar o amigo.
Mindfulness, autorresponsabilidad y autogestión son tres actitudes internas que cuando trabajan juntas se vuelven muy poderosas en el sentido de que en lugar de convertirnos en víctimas de las circunstancias nos empoderan ya que muchas veces no podemos cambiar los hechos o las personas pero si podemos cambiar nuestra manera de pensar sobre los hechos y las personas. Para mí aquí reside el empoderamiento y la libertad interior.
El mindfulness es también un recurso muy útil y práctico para nuestra vida en el sentido de que cuando estamos atentos a lo “que tenemos entre manos” nos ubicamos de manera natural en el presente o dicho de otro modo, al mirar y “ver”, al tocar y “sentir” o al escuchar y “oír”, esto genera en nosotros un estado interno de presencia consciente y provoca que nos ubiquemos en el presente con el consiguiente beneficio que conlleva ya que dejamos de invertir mentalmente energía estéril en la PRE-ocupación para ocuparnos plenamente en lo que tenemos delante.
José Manuel Torres Sánchez