Amar nuestra parte niña/niño que llevamos en nuestro interior
Este mes de agosto pasado realizamos un hermoso trabajo personal para sanar… empezamos por tomar conciencia de cómo estaba nuestra parte más frágil y vulnerable, esa parte relacionada con nuestra tierna etapa de pequeñas y pequeños, rescatando sensaciones, emociones, tensiones, confusiones, dolores, heridas… no porque sí, no porque se nos antojó fijar nuestra atención en pleno meollo nuclear de nuestra vivencia como niñas y niños… fue con una mirada de amor, de acercamiento, de asomar la conciencia a ese lugar que pareciera remoto y que en realidad traspira por cada poro de nuestra piel, para tomar esa fracción nuestra tierna que “grita”, que tiene necesidad de ser atendida, para verla, para ocuparnos, para acariciarla, para encontrarnos con nosotros mismos, para atendernos en la demanda que hacemos a los demás y al mundo desde la edad adulta y que en realidad corresponde a esa parte niña y niño. Para, en definitiva, hacer las paces con nosotros mismos.
SOLTAR requiere SANAR lo pendiente… SANAR requiere TRANSITAR por lo pendiente… con lo que hay, con la templanza de un adulto maduro, con confianza, con una mirada de amor tal cual se mira a un bebé (si no llegamos al amor, con el mayor cariño y respeto posibles).
Mi experiencia de este trabajo fue sentir amor. Fue ver, ver de otra manera a todas y todos los que nos metimos en este viaje, creo que fue algo así como ver a través…
Y luego, luego de escuchar y tomar, entonces vino la CELEBRACIÓN! Vino la parte curiosa, traviesa, creativa, expansiva, inquieta, juguetona, libre, que habita en el infinito potencial de las niñas y los niños amados…
Profundamente AGRADECIDA.
Mª Rosa Parés Giralt